Hoy, 2 de Abril de 2022, se cumplen 140 años del estreno de una de las joyas de la música procesional de la Semana Santa de Cádiz.
Hablamos de la marcha Fe, Esperanza y Caridad de D. Eduardo López Juarranz. Una marcha, de la que poco se sabe o se habla dentro del ámbito de la música procesional, más allá́ de algunos argumentos que han servido para testificar la autoría, estreno y posible dedicatoria a una hermandad gaditana de la marcha y de la que hoy queremos aportar algunos datos que abran las puertas a un debate y análisis más profundo sobre la obra de uno de los grandes directores y compositores de la música española.
Y es que Fe, Esperanza y Caridad nacerá́ de la génesis de esa relación de amor que López Juarranz tendrá́ con la ciudad de Cádiz desde su llegada en 1878 hasta el día de su muerte (Madrid, 1897), aún desde la lejanía. Tanto es así́ que, a los días de su fallecimiento, sus más preciados amigos de la ciudad, en la iglesia de San Agustín, en su recuerdo, le ofrecen último sufragio en el cual se interpretó una de las solemnísimas obras que Juarranz regaló a la ciudad, el motete O Sacrum Conviviumun.
Pues, aunque la estancia de López Juarranz en nuestra ciudad a cargo de la dirección de la Banda del Tercer Regimiento de Ingenieros no duró más de cinco años (1878 a 1883), su presencia tuvo un calado hondo en la sociedad gaditana, dejando para la posteridad una producción musical algo desconocida hoy en día.
Es notable la participación de Juarranz con la Banda de Ingenieros en las fiestas de Carnaval de la ciudad de Cádiz durante los Domingos de Piñata en la calle Duque de Tetuán y en la Plaza de la Constitución, los conciertos en la Plaza de Mina estrenando piezas de su propia producción como “Al progreso”, “Cádiz”, “Fantasía Militar descriptiva” (en la cual varios pasajes, dejan entrever colores sonoros que posteriormente utilizará en Fe, Esperanza y Caridad) o “La Taza de Plata”, piezas habituales también en los conciertos de la Alameda y de las fiestas de la Velada frente a las tiendas de la Sociedad del Casino y de la Academia de las Artes.
Pero, sobre todo, tuvo una gran influencia en las solemnidades religiosas donde junto con la Banda de Ingenieros en Semana Santa, la Sociedad de Conciertos Gaditana y la Academia Musical de Santa Cecilia (en la que ejercía de profesor de manera simultanea a su cargo de director en la Banda), dejó escritas más de cuarenta composiciones propias entre las que se encuentran tres marchas hoy conocidas por el ámbito cofrade.
Hablamos de las marchas ¡Ha Muerto! (1880), La Santa Cruz (que se data de 1883 pero que en la hemeroteca del Diario de Cádiz ya se encuentra en 1882 en el repertorio de marchas que interpreta la Banda de Ingenieros) y Fe, Esperanza y Caridad (1882) que es la que hoy nos concierne. (La marcha ¡Piedad! será́ compuesta poco antes de su muerte en Madrid en el año 1896).
Es interesante que, si profundizamos en el análisis musical de la marcha Fe, Esperanza y Caridad, esta nos muestra ya en una época temprana de finales del Siglo XIX, lo que hoy en día denominamos la Forma Marcha Procesional que se estableció casi 40 años después y está íntimamente relacionada con el compositor sevillano Manuel López Farfán saliéndose así Juarranz de la Forma Marcha Fúnebre tan característica en la época del Siglo XIX.
Así, en la partitura original (rescatada por D. Francisco Javier Gutiérrez Juan, director de la Banda Sinfónica de Sevilla, en los archivos militares de la Banda Sinfónica de la Guardia Real en el Palacio de Oriente de Madrid), nos encontramos una estructura similar a marchas como La Estrella Sublime o La Victoria de María de López Farfán que se toman como modelos para definir la forma estructural de la marcha procesional que se sigue hoy en día desde los años 20 del pasado siglo.

Partitura de Fe, Esperanza y Caridad (imagen cedida por Francisco Javier Gutiérrez Juan)
No es de extrañar que ya anteriormente apareciera alguna marcha procesional con ese modelo de composición, pero sí es interesante apuntar que una de las marchas que se relacionan con esa estructura formal anterior a López Farfán, es la marcha Quinta Angustia de Manuel Font Marimont, el cual, coincidió como director de Soria 9 con López Juarranz en Cádiz, viviendo en la ciudad durante dos años. Por supuesto hay que decir que la marcha de Manuel Font es de una década posterior a Fe, Esperanza y Caridad.
Con respecto a la dedicatoria de la marcha por parte de Eduardo López Juarranz, son muchos los debates que, desde el descubrimiento de la marcha, se han realizado en torno a la dedicatoria de Fe, Esperanza y Caridad a alguna cofradía, testificándose por algunas personas que es una marcha dedicada a la Cofradía del Santísimo Cristo de la Piedad de nuestra ciudad ubicada en la Iglesia de Santiago.
Sin desacreditar dichas afirmaciones, sí entendemos que debemos dejar una puerta abierta al escepticismo de los argumentos que se han dado para ello y dejar en el aire algunas aportaciones que den paso a nuevas líneas de trabajo sobre ello.
Es cierto que, aunque López Juarranz participaba de manera activa en la Iglesia de Santiago según datos documentales, esta participación se rubricaba a través de la Sociedad de Conciertos y la Academia de Santa Cecilia en unión con el Seminario de San Bartolomé́ (colindante a la Iglesia de Santiago) y nunca a través de su influencia militar, ni con la referida cofradía de la Piedad por aspectos devocionales.
Tampoco podemos afirmar que dicha marcha se dedique a la cofradía de la Piedad debido a que, en la documentación encontrada en la Biblioteca Militar de Madrid, la marcha ¡Piedad! y Fe, Esperanza y Caridad aparezcan juntas, ya que sabemos que los archivos durante más de cien años a través de los diferentes registros musicales, copistas y demás, han sufrido muchas idas y vueltas.

Portada de partituras ¡Piedad! y Fe, Esperanza y Caridad (imagen cedida por Francisco Javier Gutiérrez Juan)
Sin embargo, sí tenemos algunos datos escritos fundamentales que nos pueden dar algo de luz al asunto.
Sabemos que Fe, Esperanza y Caridad, se estrena en nuestra ciudad un 2 de Abril de 1882, Domingo de Ramos, detrás del paso de la virgen de los Dolores de Servitas.
Así lo testifican los testimonios de la época donde a través de la prensa encontramos el impacto y revolución que tuvo la marcha en su estreno: “(…) La música de Ingenieros, que durante la carrera había tocado parte del notable programa de marchas fúnebres que publicamos ayer, estrenó en la calle ancha la titulada Fe, Esperanza y Caridad, original de su director el Sr. Juarranz y que llamó mucho la atención, pues no es dable dar a una obra de cortas dimensiones como estas, más variedad e importancia. Su autor, que ha sabido demostrar en ella su inspiración y talento, amalgamando el carácter religioso, con el apasionamiento especial de todas sus obras, puede estar satisfecho del éxito que ha alcanzado lograr, como de la perfecta interpretación de su delicada obra. Después de terminada la marcha en la calle ancha, recibió el Sr. Juarranz justas señales de aprobación, viéndose obligado a repetirla en la plaza de mina y calle de sacramento”. (Diario de Cádiz 3/4/1882).
O en la Guía Oficial de Cádiz, su Provincia y Departamento del siguiente año, donde en el apartado de Semana Santa se menciona que “(…) Ambas músicas (Banda Municipal e Ingenieros) tocaron durante el acto preciosas marchas fúnebres, haciéndose notar entre las distintas que hizo oír la excelente de Ingenieros tres originales de su entendido maestro director Sr. Juarranz, denominadas La Santa Cruz, ¡Ha Muerto! Y Fe, Esperanza y Caridad, la última de las cuales, escrita expresamente para estas solemnidades religiosas, fue estrenada al paso de la procesión por la calle Duque de Tetuán y agradó sobremanera a la inmensa concurrencia agolpada en ella, por lo que hubo de repetirla en otros varios parajes”. (Guía Rossety 1883)
También la prensa nacional se hace eco de la nueva composición para la Semana Santa de Cádiz. Así́ el diario La Época en su Boletín de Provincias nos dice que (…)Dos nuevas producciones musicales a cuál más bellas e inspiradas, han dejado oír sus melodías en la última semana, durante el tránsito de las procesiones. Me refiero a dos marchas religiosas que respectivamente llevan por título Fe, Esperanza y Caridad y Vía-Crucis, escrita la primera por el fecundo compositor y maestro D. Eduardo López Juarranz, director de la banda del regimiento de ingenieros, (…) Sin entrar en pormenores que no me permite mi incompetencia en el arte lírico, diré́ tan solo que la novísima obra de Juarranz corresponde de lleno a la alta reputación que ya ha logrado conquistarle en el país su privilegiada inventiva musical. (Diario La Época 16/4/1882).
Tuvo tal aceptación la marcha y debido a la amistad que unía a Juarranz con la Casa Real y la influencia que como director y compositor marcó en la España de finales del XIX, que Fe, Esperanza y Caridad fue interpretada en las festividades religiosas de palacio hasta el año 1929 aprox. aunque poco a poco su interpretación se fue diluyendo hasta casi caer en el olvido en el presente actual de la música procesional.
Es por ello por lo que, en base a los escritos que sí tenemos constancia a través de la prensa y las guías oficiales de la ciudad y a falta de poder seguir investigando en la materia, podemos decir que Fe, Esperanza y Caridad es una marcha procesional “dedicada a las solemnidades de la ciudad de Cádiz” y hasta nuevas aportaciones, así debemos entenderlo.
Es por eso por lo que hoy la Ciudad de Cádiz y su Semana Santa deben de estar de celebración. Estamos ante el 140 Aniversario de una de las piezas más relevantes de la música procesional de Cádiz.